lunes, 5 de noviembre de 2012

¿Quién quiere ser millonario? ¿Es posible el heroísmo cotidiano?


Felipe González y González

¿Hay alguien que no quiera ser millonario? Jamal el protagonista de la película, llega a serlo casi sin proponérselo. Era una posibilidad y la tomo sin demasiado entusiasmo. Jamal no sólo es un protagonista, sino un héroe. Un película hollywoodesca donde al final todo sale bien, pero que no presenta al héroe convencional: guapo, carismático, encantador; sino al héroe sufrido, anónimo, que no tiene la consabida dosis de autoestima del hombre que se ha hecho a sí mismo. Ciertamente tiene todas las grandes virtudes del héroe: la fortaleza, la tenacidad y la constancia, el valor y el coraje, pero por encima de todo un compromiso total con la verdad.

El tema del concurso -las preguntas a contestar-, revela que, para Jamal se trata del simple ejercicio de decir lo que sabe, lo que conoce, lo que ha visto. Y todo ello sin pretensiones, sin reivindicar un lugar en la historia, sin aparecer como quien paga un alto precio por permanecer firme, decidido, por ser fiel.

Hay un extraño juego entre la realidad y el desarrollo de la persona. La realidad lo ha forjado, pero desde la base de una bondad natural preexistente. Jamal es un ser humano que vale, incluso en los lugares y en los ambientes en donde no se concede valor a la vida humana. La vida de Jamal vale porque nace de un fondo de humanidad compartida. Es una vida que como todas tiene algo que entregar. Hay un valor intrínseco en las personas, incluso cuando estas viven hacinadas, masificadas, marginadas, depauperadas.

Las pocas escenas en que la madre aparece patentizan, con el leguaje universal de los gestos y de las miradas, la preocupación por el otro, la solidaridad en lo que cuesta y hay que sacar adelante, y en lo que se consigue y hay que compartir.

En tiempos de decadencia, en países como México, tal vez el mensaje de esta película, tienda a disolverse en la superficialidad del comentario que se escandaliza por la explotación y las condiciones miserables para la vida.

Por encima de ello hay recuperar el sentido del valor personal, de la capacidad del ser humano para hacer frente a la adversidad, para sobreponerse al dolor y hacer algo por la vida propia y por la de los demás.

La tragedia de la vida humana no está en las condiciones deplorables a las que puede ser sometida por los otros o por un mismo. La verdadera tragedia estriba en no hacer algo para manifestar el valor de la existencia humana. Porque valemos, somos; porque tenemos, debemos dar; porque podemos, estamos obligados.

La vida de Jamal es la historia de una lucha, por ir más allá de la adversidad, que se manifiesta desde la infancia. Es una respuesta a la vocación de conocer la verdad y hacerla práctica, que es en lo que consiste la realización del bien. Es hacer del heroísmo una realidad cotidiana.

Marzo de 2009.

No hay comentarios:

Publicar un comentario