Dr. Felipe González y González.
25 de julio de 2007
Siempre he desconfiado de las personas que afirman que el profesor o la profesora les tiene mala voluntad, que esta en contra de ellos, que busca perjudicarlos de manera sistemática, que pretende hacerles la vida imposible.
El asunto está en que la vida imposible no existe. La vida siempre es una posibilidad abierta. La vida siempre es posible, es la negación de la obturación. La imposibilidad supone la negación de la vida. Y sin vida no hay nada.
Luego si hay vida nadie puede hacerla imposible, – cuestión aparte es el asesinato-. Se le pueden poner trabas, puede haber conflictos, pero la vida es el mismo tiempo corriente y cause, y por ello se desborda. La vida no se puede hacer imposible desde fuera, aunque esto quepan muchas exageraciones. A veces, sucede que nos podemos hacer la vida sólo nosotros mismos.
La vida supone hacer lo que es posible en cada instante y momento. Tan sólo eso, pero manera radical. Radical en el sentido de comprometerse plenamente con lo que es posible. Porque es posible se puede realizar, y si se puede realizar se convierte en un imperativo. Es un imperativo porque de la posibilidad realizada depende la secuencia de la vida. La vida es flujo, a veces reflujo, pero siempre avance. Es corriente, es fuerza, es ímpetu con contenido. Es realización de una oportunidad que cristaliza en un producto, en la objetivación que produce un resultado y permite descubrir el sentido, y apuntar al fin de la existencia.
Por ello hace unos días me produjo una sensación de estímulo y un deseo de emulación, el relato de una madre, acerca de su hija que era asediada por una profesora. La cosa parece ir más allá de la imaginación de las niña, pues las amigas de la pequeña aseguraban espontáneamente a la madre, que efectivamente la profesora parecía tener algún tipo de prejuicio respecto de la niña, pues estaba pendiente de la menor posibilidad para hacerle ver la más pequeña falta o incluso criticarle sus avances.
La madre tuvo la suficiente prudencia para no decirle a su hija que enfrentara a la maestra. Tampoco cometió la impertinencia, tan frecuente hoy en día, de intentar meterse ella en el asunto y complicar la existencia de la niña, con una intervención que hasta el momento no le correspondía.
Explico a su hija que en ocasiones hay que hacer frente a incomprensiones –aparentemente infundadas-, que hay momentos en que las personas se encuentra con otros seres humanos que parecen hoscos, distantes o francamente contrarios. Pero también le dijo que hay que desarrollar la habilidad para enfrentar todo tipo de situaciones y en concreto le recomendó, ser ejemplar con esta maestra. Cumple todo lo que te diga hasta el exceso, no la enfrentes, hazle caso en las cosas que te exija y que estén dentro de sus facultades, si te exige más que a las otras, piensa que es una oportunidad para hacer más en ese determinado campo.
La historia termino bien. La niña se ganó a la maestra. Si hay buena voluntad, las personas terminan por entenderse. Maestra y alumna terminaron reconociéndose y apreciándose mucho allá de la relación que se genera en un curso escolar.
El cumplimiento del propio deber por encima de las simpatías y antipatías es la posibilidad por la que discurre la vida. No dar motivo de queja, genera un corriente positiva que termina en el aprecio. Se aprecia lo que vale, y lo que vale supone un tipo de riqueza que sólo se puede generar desde el interior de la persona, que no cumple con sus responsabilidad como si se tratara de una exigencia externa, sino como exigencia de la propia vida, que debe manifestarse en resultados plenos de riqueza, porque incorporan el valor de la vida que se posee y se comunica.
Por Felipe González y González
Profesor de Gobernabilidad Institucional
CEGI-IPADE
Publicada el
30/07/10 09:49
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El crecimiento económico se desacelera en los Estados Unidos.
· La tasa de crecimiento en el primer trimestre de 2010 fue de 3.7 por ciento.
· El crecimiento de abril a junio fue de 2.4 por ciento.
Aunque
hay buena noticias en el informe dado a conocer por el Departamento de
Comercio, como por ejemplo, el hecho de que la inversión empresarial en
equipos y software ha crecido a una tasa de 21.9 por ciento, el tono
general del informe fue débil y diversos indicadores de crecimiento
están en riesgo de dispararse en la segunda mitad de 2010.
También
hay datos paradójicos pues en tanto que la población se muestra
reluctante a consumir, las importaciones han subido. El consume
personal, que en definitiva responde por dos tercios de la actividad
económica, está en una tasa de crecimiento cercana al 1.6 por ciento.
Esto es un reflejo de las restricciones, que siguen teniendo los
estadounidenses frente a la imagen de alto desempleo, y de las grandes
deudas que se acumularon en el pasado inmediato.
Persiste
el desequilibrio en la balanza comercial pues en tanto que las
importaciones crecieron en un 28.8 por ciento, las exportaciones lo
hicieron en un 10. 3 por ciento. En una perspectiva de plazo esta
información genera preocupación, pues lo que los analistas querrían ver
es que los Estados Unidos lograr un mayor equilibrio, y para ello
debería darse un mayor crecimiento de las exportaciones.
Un
factor importante en el crecimiento de la economía estadounidense es el
gasto público total, que se elevó en un 9.2 por ciento, en tanto que el
gasto público no militar supuso en ese rubro un crecimiento del 13 por
ciento.
El
crecimiento se he beneficiado también por la reposición de inventarios
en las empresas. Por otra parte la inversión en construcción ha sido muy
fuerte y creció en un 27.9 por ciento. Sin embargo en lo que resta del
años es posible que el gasto gubernamental sea menos fuerte, que
la actividad inmobiliaria se reduzca ya que en abril término el crédito
fiscal para ese sector, y que la actividad empresarial sea menos
intensa porque se habrán terminado de reponer los inventarios, que para
ser reiterados necesitarían una mayor confianza en el consumidor, y una
elevación del gasto de las personas.
30 de julio de 2010. Con información de The Washington Post.
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