México y política: la guerra virtual y el cambio de poder.
Felipe Mario González
Presidente del Centro
de Enprendimiento Gobernabilidad & Innovación.
Profesor Emérito del
IPADE.
La propaganda, la viralización y la comercialización lo son
todo. Nuestras sociedades del siglo XXI, han seguido la pauta establecida en el
siglo XX: lo que importan son las marcas. Establecer una marca institucional o
individual como sinónimo de bueno, justo y ético consigo mismo, permite la justificación
del gusto. No importan los contenidos, las realidades o los hechos, vivimos en
un mundo de percepciones y éstas puedan ser manipuladas.
En la época de la post-verdad, vivimos una guerra no
declarada, en la que el maquiavelismo práctico se ha enseñoreado de las
relaciones privadas y publicas. Se trata de lograr el éxito y eso significa hacer
prevalecer los propios intereses, metas y objetivos, por encima de los demás.
Se trata de competir para ver quien gana, y la regla de oro es que “siempre
digas o hagas lo que conviene más a tus intereses, como si lo fuera lo mejor
para todos, aunque de hecho no lo sea.” Según el analista y exmilitar Stefan J.
Banach el objetivo de los actores es “comunicar con éxito que lo correcto es
incorrecto y lo que incorrecto es correcto”.
Es una secuela del individualismo, de la competencia como
elemento único de la vida humana y de las relaciones sociales. Estamos para
ganar, y sólo unos pocos pueden hacerlo, por lo tanto es válido y correcto
hacer lo que se tenga que hacer para prevalecer. Para lograr ese objetivo
Banach señala otra pista, hay que “generar desequilibrio individual y social…
cegar la mente del adversario a través de la propagación de elementos de
ambigüedad que atacan, engañan y confunden a las personas y producen
distracciones masivas de manera tanto física como no física”.
Esta guerra es virtual, mediática y cultural. Por ello
utiliza todos los medios de comunicación, con especial énfasis en los espacios
virtuales, en los que la realidad puede ser creada o recreada a nuestro antojo.
Los países, las organizaciones legales e ilegales, las instituciones y hasta
las empresas utilizan hoy auténticos ejércitos de robots cibernéticos para
imponer sus objetivos. Y respetan la regla fundamental de la guerra total: la
victoria, para la cual no hay sustituto. Por supuesto que se pueden hacer
alianzas y tener compañeros de camino, pero nunca nadie afirmará el principio
de lealtad, porque solo cuentan los intereses propios o de grupo.
En diversos países y desde 2014, se han identificado lo que
se llaman ejércitos de trols (seres
malignos de la mitología que habitan en los bosques, desproporcionados y
devastadores) que se apoyan en bots
(o sea lo mismo que los trols pero
automatizados). A estos mercenarios se unen los odiadores o haters, que difunden información tóxica y llevan a cabo
acosos de carácter sistémico contra personas, instituciones y países. En los países bálticos ha sido identificados
los trols rusos, mucho antes de la
trama moscotiva en las elecciones estadounidenses; otro tanto ha ocurrido en
Holanda, en donde incluso decidieron desconectar los sistemas de computo
electoral de los medios electrónicos, para evitar interferencias; y esto por no
hablar de las acciones llevadas a cabo en España y en el área Latinoamérica por
los herederos de la revolución chavista.
Hoy tenemos en México una coyuntura histórica, el nuevo
gobierno del presidente López Obrador se enfrenta a problemas fundamentales,
como son la corrupción rampante, la irrelevancia de la ley o la imposición de
privilegios y cotos de poder, la carestía y la precariedad de millones de
personas, en contraste con la acumulación intensiva de recursos y su
consecuente prevaricación.
¿Estarán -la sociedad mexicana y su gobierno- dispuestos a
hablar con la verdad, a buscar el bien de todos y a generar unas relaciones
armónicas? Ésta es la gran pregunta que nos formulamos todos en las vísperas de
la toma de posesión del nuevo poder. ¿Daremos como sociedad y contando con el
compromiso de dirigentes políticos, autoridades gubernamentales, líderes
empresariales, sociales y culturales, la batalla de los Elfos y de los hombres frente a los Trols y los bots de la
barbarie, la desinformación y el absolutismo? Esta la es la cuestión ante la
que ninguna y ninguno de nosotros debería permanecer indiferente.
28 de noviembre de 2018.
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