lunes, 5 de noviembre de 2012

Perspectivas políticas



Dr. Felipe González y González
Presidente del Centro de Estudios
para la Gobernabilidad Institucional (CEGI)
IPADE Business School

Un elemento dominante es, será y seguirá siendo la incertidumbre.
Subsisten los escenarios de confrontación. Hay quienes quisieran el fin de la pluralidad política, en nombre de una supuesta igualdad, que vuelva imponer un sistema hegemónico de dominación. Estos actores políticos buscan descarrilar la transición, con acciones que están al servicio de una ideología, que ha servido para perpetuar las causas de la pobreza, la baja autoestima y la incapacidad de articular acciones conjuntas para el bien de todos.
Grupos de campesinos, organizaciones ‘populares’ y ‘colectivos sociales’, con el apoyo de partidos políticos, buscan reabrir las negociaciones del TLC en materia agropecuaria, movilizando personas y recursos de una manera artificial, para echar una cortina de humo a la necesidad de cambios de fondo en el país.
Cuando estamos iniciando el final de la primera década del siglo XXI, el problema de México sigue siendo un problema de definiciones y toma de posiciones.
¿Queremos ir hacia delante promoviendo una identidad de proyecto en la que estemos incluidos todos los mexicanos, respetando nuestras características, diferencias y derechos? ¿O somos rehenes de individuos y personas, que quieren mantenernos en las situaciones de tutela y de minoría de edad permanente, que en el siglo XX profundizaron los rezagos, las injusticias y las discriminaciones?
El futuro de México depende de un nuevo pacto social que haga posible una política de mayorías estables que definan las normas, paradigmas y objetivos de la nación. No será fácil lograrlo, pero debemos intentarlo. Para ello es necesario ejercer a cabalidad, los derechos y los deberes que nos otorga la ciudadanía.
En el ámbito de lo coyuntural, el gobierno del Presidente Calderón parece que se rearticula con base en una nueva estrategia. Tiene que ser más efectivo en la promoción del desarrollo social y en el aliento a las condiciones que permitan una mayor productividad, y como consecuencia, una mayor capacidad de generar empleo. En las relaciones con los partidos se impone redimensionar las que mantiene con el PRI, mejorar su trato con el PRD y lograr acuerdos legislativos. Pero, en donde está su prueba de fuego, es en la creatividad que tendrá que desplegar para recuperar espacio de acción política, a fin de hacer posible la gobernabilidad democrática.
Calderón se ha asegurado la unidad en el manejo político, orquestando un equipo de trabajo que responda enteramente ante él y de sus objetivos: la presidencia del PAN, la Secretaría de Gobernación y la Secretaria de Desarrollo Social.
Lo que se haga en los primeros meses del año es crucial, pues para el segundo semestre empezará la cacería de las curules, y se registrarán los efectos de la Reforma Electoral para inhibir la guerra sucia.
Desde la coyuntura las opciones son limitadas, pero se pueden ir ensanchando en la medida en que los partidos políticos hagan patentes sus definiciones ideológicas y la oferta política, económica y social que ofrecen a la ciudadanía. Pues esa ciudadanía es la que tiene que redefinir los roles, los comportamientos exigibles y tolerables, y los compromisos conjuntos y solidarios, que los Partidos Políticos tienen que asumir de cara las elecciones legislativas de mitad de sexenio, en el 2009.

22-I-08

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