lunes, 5 de noviembre de 2012

Estructura y recesión previsible



Dr. Felipe González y González
Presidente del Centro de Estudios
para la Gobernabilidad Institucional (CEGI)
IPADE Business School

¿Se convertirá la recesión en los Estados Unidos en la crónica de una crisis anunciada?
México pretende enfrentar la crisis mediante una política contracíclica que promueva las inversiones públicas y privadas en infraestructura y gasto social. Sin embargo representantes del sector empresarial se ha quejado de que esos planes de contingencia o han sido formulados a destiempo, o bien no parece que vayan a ser muy efectivos.
En el año 2007 la inflación fue del 3.76 %, por debajo del 4% del 2006. Pero debido a las presiones del último año y medio, la inflación en productos alimenticios llegó al 7.5% Aunque se confía que para el año 2008 la inflación se situé no más allá del 4%, la economía mexicana enfrentará fuertes presiones.
Además de ejercer el gasto aprobado por el Congreso de manera eficaz, de vigilar el gasto corriente, de sacarle mayor provecho a los excedentes petroleros, de apuntalar al sector de la vivienda y de buscar nuevos mercados -que nunca se consiguen de la noche a la mañana-, el país necesita plantearse con seriedad la necesidad de políticas de gran alcance.
No se trata de salvar sólo la coyuntura, que por los demás es siempre variable y por lo tanto difícil de controlar. Se trata de mejorar en estructura, que es la que determina la fortaleza del país, de sus instituciones, de sus empresas y organizaciones. La inversión humana y física en estructura requiere esfuerzos sostenidos, crecimiento y reinversión. Resulta ser una actividad programable y controlable, es responsabilidad exclusiva de nuestro de país.
Hacen falta desde luego políticas de apoyo sectorial, es necesario que se siga dando prioridad a las políticas sociales compensatorias, pero es absolutamente imprescindible que se establezcan reglas para aumentar la competencia; políticas fiscales que alienten la innovación y la tecnología; y desde luego las reformas energética, fiscal, laboral y educativa, que requieren para su aprobación de una reforma del Estado. Esto, es tanto como afirmar, la necesidad un nuevo consenso social y político, acerca del país que queremos y que estamos dispuestos a construir como parte de nuestro futuro. 28-I-08

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