lunes, 30 de enero de 2017

Trump una oportunidad para México

TRUMP: una oportunidad para México.
Felipe Mario González. 30 de enero de 2017. Maremágnum.


A diez días de que el día se llegó y Trump juró, el mundo esta estupefacto. La impresionante ceremonia se repitió como cada cuatro años. Lo singular fueron las protestas, el personaje y el discurso. Un discurso breve, contundente y que no dejó lugar a dudas. Ratificó las promesas de campaña. Era la confirmación que nadie quería oír. Todos nos habíamos refugiados, en el disparate esperanzador de que no haría lo que prometió en campaña.

Los ejes de su gobierno serán nacionalismo, proteccionismo, aislamiento,  y rechazo de todo lo que no sean los Estados Unidos, que él ve. Promesas de devolver el poder a los ciudadanos, de ir en contra del camarilla de los poderosos, y mejorar el nivel de vida con la inversión en infraestructura, la reducción de impuestos y la generación de empleo.

El mensaje central a mi juicio no es nada trivial. Ha anunciado a su país y al mundo un cambio radical. Y en esto quiero centrar mi comentario. El cambio urge, es necesario y el tiempo apremia. Personalmente estoy en contra de muchas las propuestas concretas de Trump. Pero sí me parece rescatable la idea de que estamos ante un cambio que se dará, aunque no sea el más deseable, y que nos afectara a todos.

Esta situación requiere una movilización: hay que tomar en serio el llamado a la acción del presidente Trump. No a secundar las acciones que él propone. Pero sí a responder de manera decidida. No con alegatos, ni tampoco con declaraciones sentimentales o menos aún a caer en una simple retórica que lleva a cargar sobre el exterior, sobre las circunstancias adversas, y sobre la política trumpiana, la razón de nuestros males en México.

En México y en el mundo se necesita un cambio de la economía especulativa a la economía real, se requiere de un nuevo liderazgo de las clases medias frente a la ilegitimidad del establishment económico, político y social. Es urgente en primer lugar tomar conciencia de que cara a los próximos años en México y el mundo, el futuro no puede ser la continuación inercial de un sistema que genera desigualdad, que monopoliza las oportunidades y que centraliza los beneficios en tanto que socializa los costos.

Trump significa que algo llegó para cambiar, que las reglas no pueden seguir igual y las acciones hay que empezar a diseñarlas ya. No tanto en respuesta a una política agresiva, sino como resultado de un diagnóstico de nuestra situación, de una valoración de los recursos con los que realmente contamos, y un compromiso estratégico que nos lleve a la integración de las personas menos favorecidas, al desarrollo de las cualidades de todos y a la armonización de los intereses de cara al bien común.


El trumpismo de Trump representa una oportunidad para depender  más de lo que nosotros hagamos, y no de las situaciones coyunturales que nos afectan; es una oportunidad para tomar responsabilidad en el hecho de que el futuro de México depende más, mucho más, de lo que nosotros llevemos a cabo, que de las acciones del exterior. Del tamaño de nuestros deseos, de la magnitud de nuestros sueños, de la fuerza de nuestras esperanzas depende que este gran país, México, sea para todos nosotros una patria que da identidad, que genera oportunidades  y que permite el desarrollo de una vida lograda para todos.

TRUMP una oportunidad para México

miércoles, 25 de enero de 2017

2017 volatilidad 23 01 17

2017: año de la volatilidad


2017: el año de la volatilidad

2017: el año de la volatilidad.
Felipe Mario González. Maremágnum. 25.I.2017

Amigas y amigos bienvenidos todos al 2017, que se ha iniciado con el juramento de Trump como presidente de los Estados Unidos. Confío en que este año sea para cada una y cada uno de nosotros un año espléndido. Será desde luego, pleno de desafíos: por ello hay que cobrar conciencia de lo que somos y de lo que debemos llegar a ser.

2017 es un año lleno de resonancias. Tienen efemérides muy significativas como el centenario de la constitución mexicana o el bicentenario de la fundación de los Hermanos Maristas, que tanto bien han hecho en México; el centenario de la revolución bolchevique o el de las apariciones de Fátima; el pentacentenario de la reforma protestante o el quinto centenario de la publicación de Utopía por Tomás Moro.

Es un año electoralmente movido en México y en el mundo. Habrá elecciones para jefe de gobierno en Francia, Alemania, Chile y Honduras; en Coahuila, Nayarit  y Estado de México se elegirán gobernadores, en tanto que en Veracruz habrá elecciones municipales. Los resultados en el Estado de México pueden ser un indicador, de las tensiones que se desatarán en el año electoral de 2108. Y la Ciudad de México tendrá una nueva constitución, con contenidos que han generado mucha polémica.

2017 se presenta interna y externamente como un año difícil. La recuperación es desesperantemente lenta y frágil. Nueve años sin prosperidad en el mundo. En Europa, el Brexit empezará su marcha con consecuencias imprevisibles.

Hay fuerzas contrarias al crecimiento futuro de la productividad. La deuda tanto pública como privada sigue siendo importante en el mundo, y los esfuerzos por reducirla provocan el estancamiento, al tiempo que el exceso de dinero de la economía especulativa genera desequilibrios globales, acentuados por factores estructurales como son la demografía, los tipos de interés y la desconfianza y el miedo. Por otro lado continua el lastre de la pronunciada desigualdad en los ingresos y la baja calidad de la educación.

Se espera que el PIB mundial crezca un 3.4% en 2017, frente al 3.1% de 2016. En Estados Unidos se pronostica un aumento del 2.2 por ciento. En el corto plazo, el factor trumpista favorecerá el empleo y el crecimiento, pero tal vez presione a mayor inflación. El aumento de la inversión infraestructura y la reducción de impuestos puede llevar a aumentar el déficit público. En Europa se espera un aumento del PIB del 1.6 por ciento, lo que consolida la lenta tendencia al crecimiento.

2017 es una año de transición entre un modelo que no funciona y no acaba de irse, y otro que costará mucho dar a luz, para que realmente sea justo e inclusivo. En este las estrategia de los gobiernos se desplaza de los estímulos monetarios a las políticas fiscales.  Y nuevamente la fiebre normativa se abre a la desregularización, que si no es prudente, puede abrir nuevamente la caja de pandora.   

El futuro, también el económico y social, suele parecerse mucho al presente. Por ello las previsiones económicas pueden entenderse como una prolongación de las tendencias actuales.


Veremos una pugna política de poder por el comercio internacional. Es difícil calibrar la profundidad del enfrentamiento que Trump ha anunciado en la toma de posesión. Nos esperan en México y en el mundo conflictos estratégicos, que deberán llevar a negociaciones y acuerdos que fijen los nuevos paradigmas a los que habrá que atenerse, y por el ello el pronóstico más certero es que 2017 será un año de tremenda volatilidad. Volatilidad que puede tener aspectos negativos, como cuando las fuerzas en conflicto generan la explosión o la implosión, o aspectos positivos como plantearse la necesidad de volar por cuenta propia, sin depender excesivamente de lo que otros hagan. Esta parece ser la mejor recomendación para el año que comienza.